Interpretación y género
Comunicar sin excluir es posible.
Foto de Katie Rainbow
En los últimos años, el movimiento feminista y distintos colectivos invisibilizados (LGTBIQ+, personas racializadas, con diversidad funcional, etc.) han hecho hincapié en su voluntad de que sus realidades también se vean representadas en el lenguaje y que se deje de discriminar a determinadas personas mediante la comunicación, ya sea oral o escrita.
El lenguaje inclusivo y no sexista
Si bien es cierto que es un tema amplísimo, se podría resumir en que, por un lado, el lenguaje inclusivo reclama que se deje de cubrir a todas las personas de las que se esté hablando bajo un mismo paraguas, el sempiterno masculino genérico, y, por otro, el lenguaje no sexista pide desmontar todas aquellas estructuras mentales que hemos aprendido desde la niñez sobre qué corresponde a lo femenino y qué a lo masculino.
Al enfocar toda esta problemática hacia el mundo de la interpretación —que es el tema que nos concierne— la situación se complica aún más. Si queremos interpretar de forma inclusiva del inglés al español o catalán, nos percataremos rápidamente de las diferencias en los marcadores de género entre estas lenguas. Por lo general, el inglés es un idioma con pocas marcas de género (children, doctor, worker, blonde, funny, etc.) mientras que en español aparecen por todas partes: en sustantivos (niño,-a; doctor,-a; trabajador,-ra), adjetivos (rubio,-a; gracioso,-a), artículos (los, las) posesivos (mío, -a; nuestro,-a) y pronombres (él, ella; ellos, -as).

Foto de Priscilla Du Preez
«Los niños juegan alegremente a la pelota».
¿Qué imagen te ha venido a la cabeza? ¿Hay niñas en esa imagen? ¿No? Entonces, si en esa escena hay tanto niñas como niños, ¿cómo lo decimos? Los niños y las niñas, les niñes, lxs niñxs, l@s niñ@s… Hay múltiples propuestas sobre el tapete, pero todavía no nos hemos puesto de acuerdo.
Foto de Brett Jordan
Por ello, resulta complicado traducir el género de manera totalmente inclusiva durante una interpretación simultánea al castellano o catalán desde una lengua como el inglés, principalmente porque las propuestas que existen podrían funcionar para textos escritos (aunque la Academia las rechace), pero en el discurso oral las opciones se reducen. Dada la velocidad a la que hay que interpretar el discurso original, emplear la técnica del desdoblamiento (p. ej.: los directivos y las directivas) implica que las oraciones en español se alarguen demasiado, pierdas el hilo del discurso original y la interpretación resulte muy poco natural y barroca para quienes te estén escuchando.
¡Las complicaciones no terminan ahí!
Debemos recordar que existen personas que usan pronombres preferidos (preferred gender pronouns en inglés) para presentarse y que se refieran a elles, ellas o ellos de ese modo. ¿Qué debemos y podemos hacer cuando nos encontramos con ponentes de habla inglesa que se presentan con pronombres masculinos, femeninos, de género fluido o de género no binario: “Hi, my name is Jake and my pronouns are they/theirs” o bien “I’m Alex and my pronouns are she/theirs”?
En situaciones así destaca aún más la importancia de que los y las intérpretes dispongan de material de referencia (lista y biografía de ponentes, agenda del congreso, presentación y discurso de cada ponente, etc.) y tiempo de preparación previo al encargo, ya que así podrán adoptar las decisiones más adecuadas y evitar presuponer erróneamente la identidad de género de quienes van a interpretar.

Foto de Raphael Renter
Por último, cabe mencionar que errar es humano. Lo más importante es estar dispuestas y dispuestos a aprender y rectificar.
El simple hecho de que te parezca necesario no pronunciar un discurso excluyente u ofensivo ya es un gesto a favor de la inclusión, por lo que si mantienes una actitud abierta y un pensamiento crítico encontrarás la manera de comunicarte sin discriminar a nadie.

Foto de Amy Elting